Los datos económicos dan cuenta de una circunstancia inédita que muestra lo relevante del momento que vive la relación México-Estados Unidos. A unos meses de la revisión del T-MEC, por primera ocasión Estados Unidos exporta más a México que Canadá, de manera que, ya sea como exportados o como importador, México se consolida como el primer socio comercial de los Estados Unidos.

 Es probable, como algunos economistas lo han planteado, que lo anterior se deba a las altas tarifas impuestas por la administración de Trump a los productos provenientes de Canadá, mientras que, derivado del trabajo de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se ha producido un clima de exenciones y diferimiento de tarifas, lo que ha provocado este giro en la balanza comercial.

Durante el periodo comprendido entre los meses de enero a agosto, Estados Unidos exportó 1.4 trillones de dólares en bienes, de los cuáles 225.6 billones de dólares estuvieron dirigidos a Canadá, mientras que 226.4 tuvieron como destino a México. En 2024, las cifras fueron distintas: Estados Unidos exportó 349.4 billones de dólares a Canadá mientras que México recibió 334 billones de dólares.

 La relación México-Estados Unidos no es, ni ha sido históricamente, una relación tersa o exenta de complicaciones; no obstante, ambos países han encontrado fórmulas para facilitar y sacar provecho de las fortalezas y oportunidades de ambos países en beneficio de la región de América del Norte.

 México ofrece en la relación su cercanía geográfica, la infraestructura logística, el costo laboral y la creciente capacidad del trabajo calificado, así como el hecho de que, contrario a lo que una leyenda negra señalaba, las y los mexicanos se distinguen por su entusiasmo, lealtad y gusto por el trabajo. No en vano, la idea de que los mexicanos son muy trabajadores se opone a aquella idea trasnochada del mexicano durmiendo a la vera de un nopal.

Esperemos que, durante el 2026 la relación bilateral se fortalezca aún más en beneficio común.