...

300 Palabras: Checo y Cadillac, nuevo eje de la relación México – Estados Unidos

Compartir

Los Cadillacs tienen un lugar especial en México. Llegaron al país antes de los automóviles europeos: Mercedes Benz, Jaguar, Citroën, Lancia, Alfa Romeo o Ferrari.  El reciente anunció de la participación de Cadillac en la Formula 1 (F1) para 2026 es una gran noticia para el automovilismo estadounidense representado por General Motors, el propietario de Cadillac. Adicionalmente, es también noticia importante en la actual y compleja relación México-Estados Unidos.

Cadillac hará su aparición en F1 con el piloto mexicano Sergio “Checo” Pérez, que será acompañado en por el finlandés Valtteri Bottas. Regresa Checo a las pistas a bordo de un Cadillac preparado para competir con las escuderías más potentes del mundo.

El reto es transformar la idea de elegancia ligada a la marca estadounidense Cadillac en una máquina de alta eficiencia y velocidad. Y la tarea recae en el piloto mexicano Sergio Pérez. Se han logrado ya la presencia de un piloto mexicano contendiendo cada Gran Premio, así como un renovado interés por la F1 en México y Estados Unidos. Lo que falta por materializarse es un campeonato en manos de un mexicano y/o un equipo estadounidense. La posibilidad de un momento genuinamente norteamericano es una realidad.

El asunto no es solamente de automovilismo deportivo. Es un tema político y económico. La industria automotriz es uno de los motores de la relación de México con Estados Unidos, y Checo, con su carisma, puede ser un embajador inesperado. Su llegada a Cadillac simboliza la capacidad de México para adaptarse y seguir siendo un jugador clave frente a la competencia global, en especial la de China.

México produce anualmente más de tres millones de autos, exporta la mayoría a Norteamérica y vende en casa un millón. Cadillac no solo correrá en las pistas: jugará un papel protagónico y ejemplar en lo que puede ser el futuro de cooperación regional que defina la región norteamericana. Buenas noticias para quienes disfrutan las emociones de la F1, pero también para la crucial relación económica México-Estados Unidos.

Play Video