El 22 de marzo de 2021, veintisiete de las principales asociaciones de productores agrícolas de los Estados Unidos, entre ellas la American Farm Bureau Federation, la American Feed Industry Association y la American Seed Trade Associations, enviaron una carta al Secretario del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Thomas Vilsack, y a la Representante de Comercio de los Estados Unidos, Katherine Tai, en la que expresaban su preocupación por el declive de la relación comercial agroalimentaria entre los Estados Unidos y México, solicitando urgentemente su atención a esta cuestión crítica.
A continuación se presenta una selección de las principales preocupaciones en dicha relación comercial, tal y como se destaca en la carta:
1. Prohibición del glifosato/maíz transgénico. El Decreto Presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 2020 (el “Decreto”) establece la intención y el curso de acción a seguir por el gobierno mexicano para eliminar gradualmente el uso, distribución e importación de glifosato y maíz genéticamente modificado (GM) para consumo humano. El Decreto establece un periodo de transición para lograr la sustitución total del glifosato, periodo que comenzó el 1 de enero de 2021 y finalizará el 31 de enero de 2024. Si bien se considera que el Decreto es poco claro y vago en su alcance, ha creado incertidumbre y riesgo para el comercio de maíz y productos de maíz entre Estados Unidos y México, con el potencial de impactar negativamente una cantidad considerable de exportaciones agrícolas estadounidenses, teniendo en cuenta que México es el mayor importador de productos de maíz de Estados Unidos.
2. Etiquetado en la parte frontal del envase (NOM-051). La Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010 establece nuevos requisitos generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasadas que deben advertir a los consumidores cuando las cantidades de calorías, azúcares totales, grasas saturadas, grasas trans y/o sodio superen las recomendaciones de ingesta. Estas etiquetas de advertencia deben tener la forma de octógonos negros que se asemejan a señales de stop. La preocupación generalizada entre los productores agrícolas estadounidenses es que este requisito de etiquetado carece aparentemente de un sólido apoyo científico y parece ser más bien una campaña del gobierno mexicano para intentar restringir las importaciones de alimentos y productos agrícolas procedentes de Estados Unidos, calificándolas de potencialmente perjudiciales para la salud de los consumidores mexicanos.
3. Aprobaciones de biotecnología. Además del Decreto referido anteriormente, existe la sensación de que el gobierno mexicano ha creado incertidumbre con respecto a la aprobación de la biotecnología agrícola considerando que desde mayo de 2018, la revisión y aprobación de las solicitudes presentadas para los permisos de biotecnología en México se ha detenido. Como resultado, México se ha convertido en una barrera para el lanzamiento de nuevos productos biotecnológicos en Norteamérica, restringiendo potencialmente el acceso a nuevas tecnologías que ayudarían a abordar asuntos críticos como la sustentabilidad y el cambio climático por parte de los agricultores de dicha región.
4. Requisito de certificación de exportaciones orgánicas. A partir del 28 de diciembre de 2020, la Secretaría de Salud, Inocuidad y Calidad de México (SENASICA) exigió que todas las exportaciones orgánicas de Estados Unidos estuvieran certificadas de acuerdo con la Ley de Normas Orgánicas de México. Sin embargo, este requisito no se notificó a la Organización Mundial del Comercio ni se notificó formalmente al gobierno de Estados Unidos. Es importante señalar que antes de esto, cualquier producto orgánico estadounidense certificado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) podía ser exportado a México y vendido sin ninguna certificación adicional. Como resultado de las gestiones realizadas por el USDA y el Representante Comercial de Estados Unidos, el plazo para cumplir con dicha certificación se ha extendido hasta el 26 de junio de 2021. Sin embargo, se considera que no es tiempo suficiente para su correcta implementación y, de cumplirse, es probable que los productores orgánicos estadounidenses experimenten importantes interrupciones en el comercio, dado que el proceso de certificación podría tomar un año o más bajo la nueva norma orgánica, lo que resultaría en un aumento de los costos de exportación a México. Además, el SENASICA no ha aclarado qué productos específicos deben ser certificados y si dicho proceso de certificación incluirá todos los productos orgánicos o sólo un grupo selecto.
Los retos a los que se enfrentan los agricultores, ganaderos, productores y trabajadores en la relación comercial agroalimentaria entre Estados Unidos y México requieren la actuación tanto de Estados Unidos como de México. Si necesita ayuda para entender las implicaciones legales de la prohibición gradual del glifosato/maíz transgénico, los requisitos de etiquetado FOP o los requisitos de certificación de exportaciones orgánicas, póngase en contacto con nosotros.