México tendrá en junio la elección más importante de su historia política. La importancia deriva de varias circunstancias, pero fundamentalmente de la magnitud de las elecciones. Conforme a reformas previas para hacer coincidir elecciones federales, estatales y municipales en un mismo día de jornada electoral, el 2 de junio participarán 99 millones de electores. Estarán en disputa 20,000 cargos y será una mujer la que ocupe por primera ocasión la presidencia de la república. Entre los cargos además de la presidencia, estarán en juego el Congreso de la Unión, compuesto por 500 diputados y 124 senadores. Además, habrá renovación de los gobiernos de Jalisco, Tabasco, Chiapas, Morelos, Yucatán, Guanajuato, Puebla, Veracruz y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, además de las 16 alcaldías que la componen.
Existe un evidente interés por participar y saber si el partido en el poder, Morena, y sus aliados el Partido Verde (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT), obtendrán el triunfo en la elección presidencial o si la coalición opositora, los Partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), lograrán revertir lo que parece ser, según las encuestas, el triunfo de la candidata oficial Claudia Sheinbaum.
Adicionalmente, la elección del Congreso ha despertado gran interés debido a la propuesta del presidente de hacer cambios significativos a la Constitución, para lo que se requiere las 2/3 partes del Congreso. Por un lado, el interés del partido en el poder de efectuar las modificaciones, por el otro, la oposición que no comparte el sentido de la propuesta y que votará por sus candidatos para detener el proyecto de modificaciones constitucionales. Finalmente, es de celebrar que la ciudadanía en México acuda a las urnas para expresar sus preferencias ideológicas y políticas.